sábado, 8 de octubre de 2011

Cuando en Excalibur vencieron a Galindez

 Lo que no pudo Mike Rossman, sucedió una noche setentosa en Excalibur, un viejo boliche del oeste bonaerense.

Cuenta la leyenda que una de esas noche, el grupo Trigémino, una banda rockera oriunda de Ramos Mejía, fue a tocar a Excalibur.

Fue entonces que debieron trasladarse hasta el lugar los equipos de sonido que recital tras recital Trigémino utilizaba. Quiso el destino, que “el Turco” Omar fuera plomo de esa banda en sus jóvenes años.

En un momento, el “Turco”, trasladando una columna de sonido, esas tipo rectangulares que llevan cinco parlantes en línea, que son huecas, pero incomodas para transportar, hiciera su entrada al boliche, ya en penumbras, con las luces de colores a full.

Todo iba bien hasta el escalón, el maldito escalón que se cruzó en el camino. Ese fue el culpable del trastabilleo del Turco, quien casi perdiendo el equilibrio impacto la punta de la columna de sonido contra la espalda de un muchacho que plácidamente estaba acodado en la barra y, como era su costumbre, se encontraba rodeado de señoritas.

Grande fue el estupor del Turco cuando la infausta víctima se repuso y lo encaro.

Creyose muerto al ver la figura que se incorporaba ante él. Tamaño XL, pero de tan buen corazón, que cuando se percato del accidente, solo tuvo para el Turco una sonrisa complaciente.

El Turco, repuesto, continuó su trabajo de plomo por esa noche. El, fue Campeón del Mundo, pero esa noche fue vencido por la música.

Un recuerdo para uno de los tipos más valientes que tuve la suerte de ver arriba de un ring.


Hasta siempre Víctor!!!

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