domingo, 22 de mayo de 2011

Mayo, un mes de sangre derramada

Adaptación de un escrito de Osvaldo Wehbe

Mayo, un mes significativo si los hay. Un 22 de mayo se produjo el Cabildo Abierto. Un pueblo se manifestaba y quería saber de que se trataba. Ese 22 de mayo no fue tan sangriento como otros que hoy voy a recordar.

Ciertamente, hubo un 22 de mayo de mucha sangre, fue el de 1976, época de sangre en la argentina. Muy lejos, en Johannesburgo, Víctor Galíndez, un hombre al que no lo abrazo el cariño de las multitudes que amaron a Nicolino, pero al que, si lo mas selecto del deporte nacional, se lo pudiera condensar en un álbum de imágenes, la de él, contándole los diez del nocaut a Richie Kates, figuraría en esa colección.

Su sangre de guerrero derramada en la camisa del arbitro Stanley Christodoulou
, y un coraje sin par, exigió de Ricardo Arias, por radio splendid, uno de los relatos más fabulosos que yo haya escuchado en la radiofonía argentina, similar al de barrilete cósmico de Víctor Hugo.

Ese día los argentinos vimos sangre. Sangre real, en vivo y en directo, la misma sangre que también era derramada por muchos compatriotas en otro tipo de ringside. Pero hubo otra sangre que no pudimos ver, pero imaginamos al mediodía de ese mismo 22 de mayo cuando nos enterábamos, otra vez por la radio, de la muerte de Oscar Ringo Bonavena.

Un nene grande, el mismo que al salir de un cine en EEUU donde había concurrido a ver una pelea, al encontrarse a la salida con Cassius Clay, al que luego de llenarlo de halagos del tipo, vos sos el más lindo, sos el preferido, sos el mejor, le prometió partirle la cara cuando lo agarrara. Ese Ringo, hizo famosos los ñoquis de Doña Dominga y llegó a compartir cartel con Zulma Faiad en una incursión revisteril.

Moría ese 22 de mayo en la lejana ciudad de Reno, en Nevada, a manos de nombres desconocidos, Sally y Joe Conforte.

Como no evocar hoy esas noches del luna y sus combates con el Goyo Peralta.

Ese 22 de mayo de 1976 no pudimos ver su sangre, ese mismo día el pueblo no sabia que se trataba y que le tocaría vivir a la argentina.

Oscar Ringo Bonavena combatió contra cuatro campeones del mundo, lo hizo tambalear a Clay, aunque éste no le pudo hacer besar la lona, recibiéndose ese día de campeón sin corona.

Ringo fue el más cajetilla de todos los boxeadores y Víctor Galíndez el más guapo. Por la sangre derramada por ellos ese 22 de mayo vaya desde aquí, mi pequeño homenaje.



RINGO CONFESABA ALLA POR 1973 QUE POSEIA
12 DEPARTAMENTOS
1 MERCEDES BENZ 280
1 BATA EGIPCIA DE U$S 80
1 TAPADO DE PIEL DE POTRILLO DE U$S 700
1 VALIJA LANIN DE U$S 300
1 ANILLO DE JOYERIA BURTON U$S 600
1 CAPA CARDIN DE U$S 150
35 TRAJES
300 CAMISAS
45 REMERAS
2 ROLEX , 1 DE ORO BLANCO CON CRISTAL TALLADO Y OTRO DE ORO AMARILLO
2 ENCENDEDORES, 1 DUNHILL DE ORO Y OTRO CARTIER
ACERTO 9 TERCERAS DOCENAS SEGUIDAS EMBOLSANDO 7 MILLONES DE AQUEL AÑO. LE GANO Y DEJO SECO EN UN VIAJE DE AVION A EDWARD KENNEDY DESPUÉS DE UNA PARTIDA DE TRUCO

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